Nunca debió hacerlo.
La puerta trasera se cerró con un tremendo portazo, provocando así que la madre se despertase de un salto. Fue a comprobar que todos siguiesen durmiendo y vio que uno de sus pequeños no estaba en la cama, así que bajó corriendo a buscarlo. Es entonces cuando un grito desesperado rompe el silencio en mitad de la noche.
Su hijo ha desaparecido.
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